Ya sabíamos con seguridad, y así quedó plasmado
en un anterior artículo, que el base de Villanueva se convertiría en el jugador con el mejor porcentaje de tiros libres, acabando la temporada con sus mejores estadísticas en puntos, rebotes, asistencias, robos y minutos jugados.
Sí, es un deportista extremeño el que ya está, y probablemente para mucho tiempo, en el libro de los récords históricos de la NBA, junto a los 100 puntos de Wilt Chamberlain o a los 12 triples de Kobe Bryant.
Esto es, José Manuel Calderón ratificó en su última prueba lo que ya se venía intuyendo desde hacía meses, cuando pasaban y pasaban los partidos y apenas fallaba desde la línea de personal. Ningún jugador desde que se fundó la competición norteamericana ha acabado acreditando un estratosférico 98,1%, con un total de 151 aciertos de 154 intentos. Y eso que cuando llegó a Toronto se dijo que su mayor defecto estaba en su falta de muñeca.
Para ver en perspectiva lo espectacular del récord hay que tener en cuenta que la marca anterior se mantenía desde la temporada 80-81, cuando Calvin Murphy consiguió un 95,8% con los Houston Rockets.
Ya, con un contrato espectacular de unos 34 millones de euros en cinco temporadas y como titular indiscutible en Toronto, ha conseguido sus mejores marcas en cuanto a puntos (12,3 por partido), rebotes (2,9), asistencias (8,9, cuarto de la NBA) y robos (1,1), así como en minutos jugados (34,3). Por segundo año consecutivo ha sido el mejor de la NBA en una estadística muy apreciada en Estados Unidos: la del ratio asistencias/pérdida (4,24), lo que da idea de su control de juego.
A pesar de todo, Calderón también pasará a la historia por haberse convertido durante esta campaña en el jugador activo con mejor racha de tiros libres encestados de forma consecutiva: 87. Aunque no lo ha llegado a conseguir, estuvo muy cerca de la mejor marca absoluta quedándose solamente a diez tras el fallo que tuvo el 30 de enero ante Milwaukee.
De momento, Michael Williams con los 97 tiros conseguidos a principio de los 90, puede respirar tranquilo.
